La conocida como civilización azteca era uno de las más
notorias en ocupar la región de Mesoamérica. De acuerdo con un relato mítico de
los informes de la tradición religiosa azteca, su pueblo fue en busca de un
territorio sagrado. Esta región se caracteriza por la existencia de un águila
reposada sobre un nopal, que cargaba en su pico una serpiente. Después de años
de vagar por los países de América Central, los aztecas se asentaron en la
región del lago de Texcoco. Allí desarrollaron la agricultura intensiva y fundaron
la ciudad de Tenochtitlan.
Explicaciones de carácter histórico se dan cuenta que los
aztecas, en el siglo XIV, invadieron la región meso-americana haciendo uso de
la frágil civilización tolteca, que dominó la región. En poco tiempo, los
aztecas lograron formar un gran imperio que consiste en cientos de ciudades y
tenían una población de casi 15 millones de habitantes. A lo largo de su
historia, el imperio azteca dominó a otros pueblos de la región, incluyendo los
impuestos recaudados que suministran las principales ciudades del imperio
azteca.
Los sacerdotes aztecas tenían un control total sobre la
educación y adoctrinamiento de los miembros de la sociedad. El imperio azteca
era dotado de una escuela especial dirigida a los hijos de los nobles aztecas denominada
«Calmécac» (en náhuatl: calli ‘casa’, mecatl ‘morador’ y -c ‘lugar’). Allí
entrenaban a niños y niñas sobre las tareas religiosas oficiales. Las escuelas
para niños menos disciplinados eran llamadas «Telpuchcalli» o «Casa de la
juventud» donde aprendían historia, tradiciones aztecas, artesanía y normas
religiosas. Los aztecas registraban los sucesos más importantes en libros
hechos de hojas de papel elaborados con sisal. Estos libros y pergaminos fueron
enrollados o doblados como los mapas. Los aztecas no tenían un alfabeto sino
que crearon un tipo de escritura en logogrifo, haciendo uso de imágenes y
caracteres simbólicos.
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